Mirar, anotar, volver a mirar, tachar y volver a escribir. Etapa de visualización, de pensar en armar todo lo que se filmó, lo que teníamos en nuestras cabezas ya es imagen y sonido. Ahí están las 55 horas esperando una estructura donde pararse y empezar a caminar. “El Polonio” va creciendo, va tomando forma.