Hacer un documental sobre un mundo tan ajeno a los valores del siglo XXI como lo es el Cabo Polonio nos resulta fundamental para poder contar que, a pesar del mundo casi virtual y a contrarreloj en el que vivimos, hay tradiciones que permanecen intactas y movimientos de resistencia a la globalización y la informatización generalizada.
Mientras el mundo ya lucha por el acceso a los recursos naturales, el caso uruguayo parece paradigmático. Pablo, Naty y los demás personajes viven el día a día en una realidad que vemos totalmente ajena. Nuestras escenas de la vida posmoderna, en las que prima el acelere y el afán por lo material se contraponen con la paz y la tranquilidad propia de una vida en relación con la naturaleza.
El asentamiento de los pobladores del Cabo Polonio está hace algunos años fuertemente cuestionado. Con la excusa de la “preservación de la reserva natural”, la realidad es que el problema de fondo está ligado a los derechos de propiedad y a negociados millonarios como la construcción de un hotel 5 estrellas frente a la reserva de lobos marinos. Actualmente, está en discusión si ingresa al Sistema de Áreas Protogidas de Uruguay. (SNAP)
De todas formas, más allá de los intereses económicos y la explotación turística, los pobladores resisten, pero lo cierto es que “El Polonio”, con su magia actual, está en peligro de extinción.